Cuando les hablo de apicultura urbana no hago referencia a una apicultura en ciudades pequeñas con poblaciones reducidas… hablo de ejemplos como los de Londres, París, Nueva York, Berlín, Tokio, etc. Este tipo de apicultura, en mi humilde opinión, nace de los movimientos sociales relacionados con la soberanía alimentaria, de la agricultura orgánica, de la cada vez mayor demanda por conocer qué es lo que comemos, de dónde vienen estos alimentos y proveerse de los mismos a nivel local. Por curiosidad, he mantenido contacto por emails con personas que practican este tipo de apicultura; me hablan de proteger a las abejas que recientemente se han visto amenazadas por enfermedades provocadas por el modelo de agricultura que existe, (es curioso, antes nunca se habían dedicado tantos esfuerzos de investigación por las abejas y esto ha permitido ahondar en el conocimiento de todos los aspectos de su biología). También hablan de salvar el planeta, de producir su propia miel y aseguran que la miel producida por nuestras amigas en las urbes es igual o mejor que la producida en el campo…
Desde hace unos 10 años está claro que la apicultura y las abejas están de moda. Estamos ante un “boom” de la actividad apícola a nivel mundial y no podemos estar ajenos a este renovado interés por la apicultura.
Pero este milagro de la apicultura urbana en realidad no es una tendencia de nuestros “tiempos modernos” , como bien dice David Quesada en uno de sus artículos. Antaño, ya existía la apicultura en las ciudades y en el entorno urbano y esta moda no es nueva. Las colmenas siempre estuvieron presentes en parques y jardines de las ciudades, ¿Qué mejor sitio para tener tus abejas que en el patio de tu casa?, de otra forma era imposible atenderlas. En nuestros pueblos y hablo de mi isla, se requería el uso de bestias para llevar las corchos al Teide, por lo que se tenían en la parcelita cerca de casa, en azoteas... hasta la llegada del transporte motorizado.
Hay mucho interés es este fenómeno y habrá quien se pregunte : ¿ en España está regulada la Apicultura Urbana ? Yo diría que sí, que su práctica está regulada mediante Real Decreto 209/2002 del 22 de febrero, y considero que en éste se regula cualquier tipo de apicultura. En este decreto se establecen normas de ordenación de las explotaciones apícolas, se regula y establece dónde, cómo pueden y deben instalar los apicultores las colmenas, incluyendo aquellas explotaciones apícolas consideradas de auto-consumo y que no excedan de las 15 colmenas… Es en este último grupo donde entra o podría entrar la Apicultura Urbana según mi opinión personal.
Es en este real decreto donde se establece, según su artículo 8 y en el punto número 2, que:
“Los asentamientos apícolas deberán respetar las distancias mínimas siguientes respecto a: (...)
1. Establecimientos colectivos de carácter público y centros urbanos, núcleos de población: 400 metros...”.
En este punto queda claro claro que no pueden instalarse colmenas cerca de un casco urbano y evidentemente mucho menos dentro de este. Esto nos lleva a pensar claramente que esta apicultura en el interior de las ciudades no está permitida pero ¡¡no todo esta perdido!! La norma nos deja una puerta abierta en las comunidades autónomas para que se establezcan excepciones a esta norma en aquellas explotaciones clasificadas como de “auto-consumo” en su ámbito territorial.
Aquí quisiera hacer un pequeño inciso porque he leído sobre diferentes plataformas en España que indican que la competencia para autorizar la apicultura en el interior de las ciudades compete a los ayuntamientos y ¡¡nada más lejos de la realidad!! Yo interpreto que esta competencia reside en la administración autonómica. Es a los gobiernos autonómicos donde hay que recurrir para lograr la legalización de la ubicación de colmenas en el ámbito urbano.
Hay un articulo en Internet sobre Apicultura urbana en Galicia donde se trata esta posibilidad. Recuerdo que, hace unos años, en una de las Ferias de la Miel que organizó la Casa de La Miel, hubo una exposición en la que se tocó este tema y donde tuve mi primer contacto con la apicultura urbana.
Las abejas no son animales agresivos, simplemente manifiestan en determinadas ocasiones y momentos un comportamiento defensivo. El comportamiento defensivo responde a ciertos estímulos; si no reciben ese estímulo, no se defienden y no pican. Estos estímulos están todos relacionados con la intrusión en su espacio o lo que llamamos distancia de seguridad que debe mantenerse respecto a ellas, por poner un ejemplo , un estimulo sería el abrir y manipular una colmena.
Pero… ¿es seguro tener abejas en ambientes urbanos?, yo creo que sí pero siempre existe el riesgo de una picadura y también hay que pensar en las molestias que puede provocar un enjambre para los vecinos y es por esto que aquellos que están interesados deben de tener en cuenta que lo principal es ser responsable y considerado con los vecinos.
En Internet hay muchas webs de apicultura urbana, donde se ven a los apicultores sin protección alguna, manejando panales y abejas como si no pasara nada y ¡¡a mi me tienta la risa!! porque crea una falsa ilusión de la apicultura en las personas. Esto se debe a que esos apicultores que ven en esos videos realizados en esas ciudades de las que les hablaba al principio trabajan con otras abejas más dóciles y manejables, como son la Cárnica, la Italiana o Ligústica o lineas de híbridos como las Buckfast.
La subespecie de abeja que habita la Península Ibérica es la Apis mellifera iberiensis. Esta tiene un comportamiento defensivo mucho más acusado que otras subespecies que se utilizan en la apicultura europea y en otros países del mundo, lo cual, en mi humilde opinión no la hace recomendable para su manejo en entornos urbanos. No obstante, hay apicultores que están trabajando muy duro en líneas de esta abeja con comportamiento defensivo muy bajo. Intentar traer otras abejas foraneas para utilizarlas en las ciudades, cosa que estoy totalmente seguro que a más de uno se le ha ocurrido, no sólo no tiene sentido sino que, además, será mucho menos ventajoso que utilizar las nuestras o autóctonas.
Con el tiempo acabarán reproduciéndose y cruzándose con las abejas autóctonas, resultando de ese cruce unas abejas con un comportamiento muchísimo más defensivo, si cabe, que la nuestra o la autóctona…. Ya en otros post he hablado sobre este tema tan polémico.
Las abejas necesitan agua, especialmente en verano por lo que para algunas personas pueden resultar molestas si acuden a piscinas públicas o privadas en busca de agua, especialmente en el verano, o a los grifos que gotean en un patio o en los platos que sostienen las macetas.
Estas molestias y peligros aumentan si las colmenas son manejadas por apicultores noveles o inexpertos y que en muchos casos desconocen los principios más básicos de manejo para garantizar la seguridad de quienes les rodean.
Por otro lado, a mi personalmente, no me convence consumir miel urbana, ni polen o propóleos, porque la polución y la contaminación ambiental no queda simplemente en el aire. Ésta se deposita en forma de partículas contaminantes en los edificios, se depositan sobre los árboles y plantas de la cuidad, sobre las flores, especialmente el polen y pasando también al néctar que luego además, será recogido por el apicultor o que acabará en la miel como un componente natural más.
Si no me equivoco, ya existen estudios que indican que la adhesión de partículas de metales pesados a los granos de polen de las plantas provoca un recrudecimiento de las alergias en el entorno urbano, convirtiendo a este en más alérgico debido a las modificaciones que provoca en algunos de sus componentes y que participan en el desencadenamiento de las reacciones alérgicas y el asma.
En las ciudades o en los núcleos urbanos, el número de abejas es escaso. Por esto, las colmenas urbanas no tendrían problemas de competencia por el alimento, no sufrirían el estrés alimenticio al que están sometidas las colmenas en asentamientos de producción profesional. La disponibilidad de alimento, en cantidad y calidad es fundamental no sólo para el desarrollo de nuestras amigas sino también, para su salud. Por otro lado el escaso número de abejas en el propio asentamiento implica un mejor estado sanitario y una menor incidencia de enfermedades…. No he encontrado ningún estudio que hable sobre las enfermedades a las que se exponen las abejas por el consumo de miel y polen contaminado por la polución en las ciudades.
No hay nada más antinatural y que vayan tan en contra de la ecología de las abejas como la propia
constitución de un colmenar. En cambio, una distribución dispersa de colmenares urbanos se asemeja más a lo que encontramos en la naturaleza en condiciones naturales.
Se dice que las abejas en la ciudad no están sometidas a la misma exposición a pesticidas y agrotóxicos…. En mi opinión esto es francamente discutible y no creo que deba utilizarse como una generalización ya que pueden haber explotaciones agrícolas en áreas suburbanas, donde tengamos la utilización de plaguicidas en parques y jardines, etc.
La maravilla de la Polinización ayuda al mantenimiento y conservación de la vegetación urbana y además garantiza la polinización de sus huertos urbanos en las ciudades que también se han puesto muy en boga.
Ya se han realizado importantes estudios con colmenas en ciudades de Europa, con colmenas para el control de la calidad medioambiental en las mismas y en la apicultura urbana se podrían utilizar como estaciones de monitorización ambiental.
La apicultura urbana puede ser una actividad muy valiosa para las ciudades pero hay que hacer ciertas apreciaciones especiales sobre la ubicación de las colmenas, los cuidados de las abejas, la atención a los vecinos pero quedémonos con lo fundamental: son polinizadoras muy importantes.
¿Consideraciones a tener en cuenta?, no soy yo quién debe de hacer esto ya que ello corresponde a las ADS pero daré unas pautas desde mi experiencia como apicultor:
Todos los apicultores, deben estar adscritos a una ADS o Asociación de Apicultura.
Deben de tener la formación adecuada por lo que se hace imprescindible el hacer un curso y tener la ayuda de un apicultor experimentado.
La ubicación de las colmenas debería estar en un lugar que permita abrirla una vez a la semana, a ser posible durante la media mañana, cerca del mediodía evitando los días nublados o con mal tiempo. Siempre en días con buen tiempo y a ser posible con floración y entrada de néctar cuando la mayoría de las de obreras están pecoreando .
El número de colmenas no debería ser superior a 4. Deberían estar en soportes independientes, con una separación mínima de 2 metros una de la otra, expuestas a la acción directa del sol, con una trayectoria de vuelo de la piquera al campo sin cruzar ningún camino transitado, zona de juego de niños, etc. Si fuese necesario, instalar delante de las colmenas una valla de al menos 2 metros de altura, ya que de esta manera, las abejas se verían obligadas a levantar el vuelo por encima de esa altura.
El acceso a la colmena debe de ser fácil, pero no acsesible a cualquier persona que no fuera apicultor y si es posible, oculta a la vista y visitas de curiosos o vándalos… ¡¡que los hay!!
Hay que evitar la instalación de colmenas en zonas de piscinas. Es imprescindible tener un suministro de agua durante todo el año.
Hay que evitar el uso de razas foráneas, así como abejas o colmenas con elevado comportamiento defensivo.
Hay que evitar manipular las colmenas con personas o vecinos en las proximidades.
Se debe mantener el entorno de las colmenas limpio de restos de panales, colmenas viejas o cualquier otra cosa que pueda atraer a otras abejas o desencadenar episodios de pillaje.
Creo que éstas son unas recomendaciones mínimas que deberían de tener en cuenta las personas interesadas en esta apicultura. Hay otras sobre manejo pero, que en mi opinión personal, entran dentro del ámbito de la formación y que son básicas por lo que no haré mención de ellas.
Hacer este post me ha llevado mucho tiempo de estudio y sobre todo meditación. En él he intentado ser imparcial y objetivo. Las fuentes en las que me he basado, han sido: The Laboratory of Apiculture and Social Insects (LASI) at the University of Sussexel en Inglaterra, en el trabajo de Urban Bees y en Alison Benjamin con el libro (Abejas en la Ciudad: manual de los apicultores urbanos) , libro que no os será fácil de conseguir y en el que usé como nunca el diccionario y también en unos artículos de David Quesada que a mi personalmente me encantaron.
Las imágenes de este post (son obtenidas de internet) y urban beekeper. Desde aquí, muchas gracias por subirlas y compartirlas con todos.
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